Durante años, al informar de los llamados eventos extremos (olas de calor, temperaturas récord, sequías, etc.. ) siempre se decía que no se podía afirmar que este o aquel evento particular estuviesen causados por el cambio climático. Bueno, pues se acabó. El pasado 13 de diciembre, la AMS (American Meterological Society) publicó un informe en el que, estudiando 27 eventos extremos ocurridos en 2016, demostraba que en 21 de ellos el cambio climático era un “factor relevante” y que 3 de ellos no hubiesen ocurrido en ausencia de la acción humana sobre el clima.

Esto ha sido posible gracias a la mejora de los llamados “métodos de detección y atribución” (es una palabra horrible, sí, pero en inglés se usa esa. Al final te acostumbras, ya verás). Estos métodos comparan los fenómenos extremos observados en el mundo real, en el que el incremento de CO2 en la atmósfera debido a la quema de combustibles fósiles ha calentado el planeta en torno a 1ºC por encima de la época pre-industrial, con modelos en los que se elimina este efecto antropogénico. De esta forma es posible estimar cual es la probabilidad de que un determinado evento hubiese ocurrido si los humanos no llevásemos 150 años emitiendo gases que alteran el clima de forma significativa.

La importancia del informe radica en que generalmente los científicos son bastante cautos y se limitan a establecer que el cambio climático aumenta la probabilidad o el riesgo de los eventos climáticos extremos. Para el editor en jefe del informe, Jeff Rosenfeld, éste supone “un cambio fundamental” y, dejando a un lado las precauciones habituales, afirmó que “el cambio climático fue una condición necesaria para algunos de estos eventos del 2016. Necesaria para que tuvieran lugar. Eran imposibles en el viejo clima”

Aun así, no todos los fenómenos extremos son iguales. Mientras algunos como las temperaturas record o las olas de calor son más fácilmente atribuibles al cambio climático, otros como las sequías o los huracanes (debido a su baja frecuencia) no lo son tanto. De hecho, para varios eventos extremos ocurridos en 2016 no se ha podido comprobar que no hubiesen en ausencia del calentamiento global. Es el caso de la sequía ocurrida en Brasil, en la que ha podido jugar un papel crucial El Niño. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que, tal y como ha afirmado el climatólogo Michael Mann, los métodos utilizados podrían subestimar el impacto del cambio climático en los eventos extremos.

Y ahora, para acabar, sin más dilación ni preámbulo, aquí van los tres greatest hits del cambio climático en 2016:

Con el número 1, el auténtico rompepistas de esta temporada, el aumento récord de temperaturas en todo el planeta. Oh, yeah, ha sido un año muy, muy caliente, baby. Basta. Pero sí, 2016 fue el año más caluroso desde que tenemos registros, superando los récords anteriores registrados en 2015 y 2014. A destacar el récord de temperaturas en el Ártico, llegando a veces a alcanzar unos brutales 20ºC por encima de la media en Otoño.

En realidad, 16 de los 17 años más calurosos desde que medimos las temperaturas han tenido lugar desde el año 2000, lo que nos indica el ritmo vertiginoso que está cogiendo el cambio climático. La verdad, no nos vendría mal que fuese un poco más DESPACITO, eh, eh. (Perdón, en serio que ya paro).

En segundo lugar, la ola de calor que afectó Asia en 2016, de la que explícitamente se dice “no hubiera sido posible sin el cambio climático”, incluso teniendo en cuenta que El Niño iba a contribuir a calentar el sudeste asiático. En mayo de 2016, dicha ola de calor batió todos los récords de temperatura en Tailandia, Laos y Camboya, por encima de los 44.6 ºC. Las consecuencias fueron enormes pérdidas en los cultivos, animales muriendo debido al calor, cortes de agua, un nuevo récord en el consumo de energía, así como más de 150 muertes asociadas a la misma.  

El tercer evento que no hubiese podido ocurrir en ausencia del cambio climático han sido  los llamados “puntos calientes” del Pacífico: regiones marinas en las que se registran temperaturas anormalmente altas. Concretamente, las temperaturas oceánicas del golfo de Alaska, el mar de Bering y el norte de Australia han sido las más elevadas en los últimos 35 años de mediciones por satélite. Estos aumentos han dado lugar a los eventos masivos de blanqueamiento de Coral en la Gran Barrera y una de las peores proliferaciones de algas en la costa de Alaska. En ambos casos el informe señala que las anomalías de temperatura observadas “no pueden ser explicadas en ausencia del calentamiento global antropogénico”.

Resumiendo, este informe se suma a la evidencia científica de que el cambio climático no sólo es real y causado por los seres humanos, sino de que va a peor y que necesitamos actuar cuanto antes. Vale, es normal que este tipo de noticias nos depriman o nos den una poca de ansiedad, pero tranquilos, debemos recordar que estamos a tiempo de minimizar y adaptarnos a los peores efectos del cambio climático. Hay muchas cosas que podemos hacer a nivel individual y colectivo para pasar por encima de los intereses del lobby fósil y construir una sociedad más sostenible e igualitaria. No será fácil, pero ahí está el reto.