Es un honor, estimado público, comunicaros que, entre comer y dar la tabarra climática a nuestros familiares, hemos encontrado tiempo para leer los 178 relatos recibidos por tuiter y correo electrónico. Y, tras deliberar, pensar, disfrutar -y también llorar un poco ante el tono y el fondo desesperanzado de muchos de ellos, algo sobre lo que escribiremos en los próximos días-, estamos preparados para emitir un dictamen.
Como se estableció en las bases, hemos elegido los diez relatos que más nos han gustado, en general, y uno de ellos ha sido escogido como ganador absoluto del premio Microrrelatos contra el diluvio 2018. El relato elegido, del que el jurado ha apreciado su ir al grano y la siempre efectiva mención a las abuelas que quizá seremos, es esta exquisitez de Santiago Saez:
-Abuela, cuéntanos otra vez cómo salvásteis el mundo! -Todo empezó cuando la gente se dio cuenta de que el modelo económico no era sostenible…
Fuera seguía nevando.#Navidad2050
— Santiago Saez Moreno (@Santiago_Saez) December 11, 2017
¡Enhorabuena al premiado! ¡Ha ganado un libro importante e interesante sobre cambio climático que acordaremos con él en un par de días!
Pero es que hay más. Somos conscientes de que las actitudes y esperanzas ante el cambio climáticos son muy variadas, y en muchos casos no coinciden con las del jurado (que es diverso, pero se adhiere a la férrea doctrina diluvista de que esto no está perdido, no). Así que hemos decidido poner en valor ambos extremos, y hemos seleccionado el relato que más nos ha gustado de los pochos, y dos que nos han parecido particularmente esperanzadores:
Premio Lluvia fresca tras cinco años de sequía (ex-aequo porque en el colectivo somos un número par de personas y no hemos podido desempatar) para:
#navidad2050
– Esperaba no llegar a ver el 2051.
– ¿Por?
– Me daba miedo lo que podía pasar.
– ¿Y ahora?
– Ahora no me arrepiento. Nunca había visto el Tajo tan limpio, ni una nieve tan blanca…— Jose Cano (@caniferus) December 18, 2017
y
https://twitter.com/Pozuelen/status/940176353747402757
Dos microrrelatos que nos alegran y enlazan con nuestra idea de que no está todo perdido y que, aunque tengamos tarea por delante, es posible evitar lo peor del cambio climático.
Sin embargo, no todo el mundo lo ve tan claro. De hecho, el tono general de los participantes ha sido… bajonero. Muy bajonero. Y, entre todos los microrrelatos tristes, el competente jurado ha concedido el premio Para qué me levanto de la cama, si fuera solo hay polvo y lluvia ácida a @srdaine por:
El bombo se detiene, las bolas caen. Se hace el silencio. Dos niños recitan con solemnidad un número y una palabra: YERMO. De entre la multitud reunida surge un llanto desconsolado. Mi padre me dice en voz baja que hace años la suerte era que el número fuera el tuyo. #Navidad2050
— Sinior Daine (@srdaine) December 14, 2017
Enhorabuena también a los otros nueve microrrelatos que los acompañan en nuestra cuidadísima selección:
La #Navidad2050 iba a ser especial. Pablo se lo había prometido. En la cena, Ana le suplicó: «¡Quiero mi regalo! ¡llevas tantos meses diciendo lo que te ha costado!». Él la tomó de la mano y la desvistió en el antiguo baño. Abrió el grifo de una ducha oxidada: «Tienes 5 minutos».
— Meri (@MeriOhara) December 13, 2017
https://twitter.com/Jesus_Margar_/status/940166675474894848
Tardé años en entender el revuelo familiar que había provocado el tío Carlos con su regalo. Me enfadaba que preguntaran por aquella lata y su contenido reseco, que aquella anodina etiqueta ("flores de almendro/cosecha 2018") les hiciera llorar silenciosamente. #Navidad2050
— Tralfamadore (@Godismybiitch) December 11, 2017
Dende que se xubilou sempre recibe o aninovo nunha cidade costeira. É a súa forma de celebrar os logros do pasado. #Navidad2050.
— Alberto Franco (@anxo_caido) December 13, 2017
https://twitter.com/morganrcu/status/941429726354305024
La niña extendió la mano en forma de cuenco. "Cierra los ojos", dijo su abuela. Y dejó caer en ella una sola gota de agua. La niña sonrió. Después se la llevó a la boca y exclamó: ¡Tenías razón, abuela! Es mejor que las lágrimas. #navidad2050
— Lidia Luna (@otraslunas) December 11, 2017
Aunque su único tripulante lo desconocía, era medianoche cuando la canoa dejó atrás el cañón oscuro que formaban los rascacielos y entró en el silencio de aquel pequeño lago entre edificios.
Era nochevieja en Times Square.#navidad2050
— Tulchak (@tulchak) December 12, 2017
https://twitter.com/malvartinez/status/940181113749889025
Y uno recibido por email, de Iris:
Os dije que se iba a acabar el mundo y no me hicisteis caso. Dices lo mismo de todas las cenas. Y no me hicisteis caso. Ahora hace 360 días que no llueve y la tierra está tan dura y seca que no sé ni cómo enterraros. #navidad2050
Muchísimas gracias a todos por la participación y la difusión. Os recordamos que los relatos aquí arriba presentados serán publicados en el número 2 de nuestro fanzine, cuando sea que salga.