El día 8 de Marzo tenemos una oportunidad para reflexionar sobre la escasa representación femenina en todos los ámbitos. Queremos poner el foco especialmente en las esferas científicas y en las cumbres climáticas.

Mencionamos continuamente en el blog al IPCC ya que es el grupo que aglutina distintos sectores  y ramas del conocimiento para analizar y establecer estrategias de respuesta al Cambio Climático. Esta organización, a pesar de ser una de las que más considera la perspectiva de género, nos puede servir como un oportuno ejemplo de lo mucho que queda por hacer.

Afortunadamente se han producido aumentos, aunque modestos, en la participación de mujeres en el panel; sin embargo resulta significativo ver como en las encuestas hechas por Miriam Gay-Antaki y Diana Liverman, las contestaciones de las mujeres expertas reseñan su falta de comodidad, e incluso destacan que no tienen casi nunca la palabra.

Sabemos qué sucede cada vez que se establecen reuniones para la toma de decisiones significativas, como comentaba Cristina Monge en Efe Verde:

“La ausencia de mujeres en estos foros de debate y toma de decisión supone directamente que su visión no aparezca en una normativa tan transcendental.”

Y es que ha sucedido lo mismo en España, el Gobierno está elaborando una Ley de Cambio climático y Transición Energética y en las jornadas para su preparación de 75 participantes solo 13 eran mujeres.

Es más difícil adquirir poder si eres mujer y ser agente de transformación, pero además somos las principales víctimas del cambio climático.

¿Por qué insistimos en que es crítico el cambio climático en mujeres?

Ahí van algunos datos:

  •  Las mujeres y niños representan la mayoría de muertes  causadas por catástrofes relacionadas con agua, es decir, ellas realizan la mayor parte de tareas relacionadas con el agua pero apenas deciden en las políticas en la materia.
  •  Aproximadamente el 70% de las personas que viven bajo el umbral de pobreza en el Norte económico global y por tanto más vulnerables, son mujeres.
  •  Si analizamos por ejemplo los datos de África solo el 15% de las superficies de cultivo en África subsahariana están administradas por mujeres y por tanto carecen del recurso de resiliencia que supone la tierra para adaptarse al futuro. En India el 13% y se reduce hasta un 9% en Indonesia.

       WeDo.Infographic: Gender and Climate Change: A Closer Look at Existing Evidence. 2016 (la infografía entera cubre todos los continentes, muy recomendada).

Las actividades de las mujeres en la producción de alimentos, gestión de comunidades, recursos naturales y biodiversidad, junto con educación de niños y cuidado familiar, las sitúa en el centro fundamental del desarrollo.

En este punto, el ecologismo y el feminismo se reúnen en torno al ecofeminismo, una filosofía y una práctica que entiende que el capitalismo y el patriarcado han desarrollado un sistema de explotación sobre las mujeres, los pueblos colonizados y la naturaleza, subordinando las tareas que sostienen la vida a la esfera productivista económica. Frente al desprecio por nuestra doble dependencia: a otras personas y a la naturaleza, necesitamos un enfoque que pongan los cuidados y lo cotidiano en el epicentro de la vida pública.

Es esencial que las consecuencias del cambio climático no nos lleven a que sectores que ya están marginados de las comunidades sufran una privación aún mayor de recursos y derechos.

Porque somos la mitad del mundo. Porque entendemos que la lucha contra el cambio climático va de la mano del feminismo. Mañana 8 de marzo huelga laboral, de consumo, de cuidados y estudiantil.

Nos vemos en las calles.