Esta entrevista es el resultado, traducido y editado, de una conversación de dos horas con Anthony Torres, activista neoyorkino contra el cambio climático. Anthony nació en Long Island y ha estado muy involucrado en el movimiento por el Green New Deal en Estados Unidos. Su implicación en este movimiento viene después de haber participado en el movimiento juvenil por el clima y luego, en general, en el movimiento por la justicia climática y en los espacios políticos progresistas durante sus años de estudiante. Después de haber estado haciendo durante dos años campañas nacionales con y para varias organizaciones, considera el Green New Deal la culminación de este esfuerzo, una propuesta audaz para la crisis climática, algo que resonara con el público general y que tuviera la ambición y la igualdad en su centro, con el objetivo de ser realmente transformador para todos los estadounidenses.

En primer lugar, ¿cuál dirías que es la gran diferencia entre el movimiento del Green New Deal y los movimientos tradicionales, es decir, ecologistas y por el medioambiente? 

Buena pregunta. Podríamos estar hablando de esto todo el día. Lo realmente poderoso del Green New Deal es que ofrece un programa de gobierno para el movimiento. No sólo para el movimiento, sino para cualquier persona, cualquier miembro progresista de la izquierda, cualquier estadounidense que crea que tenemos que transformar una economía amañada y un sistema político que no funciona en nuestro favor, y que tenga miedo de los impactos actuales y futuros del desastre climático. El Green New Deal ofrece una nueva forma de hacer política y muestra un camino, una visión y una estrategia para conseguir grandes cambios materiales en nuestra sociedad, así como para distribuir el poder y los recursos de manera diferente en Estados Unidos. En el pasado, creo que muchas de las luchas de los movimientos climáticos estaban muy enfocadas en diferentes partes de la receta. Era como si dijeran «de acuerdo, necesitamos centrarnos en la desinversión de estas instituciones o en el cierre de estas plantas de carbón específicas y en el avance de estas plantas de energía renovable específicas». Era un poco fragmentario. Era muy parecido a: «Hey, aquí están las diferentes partes y aquí los diferentes componentes». No es que esas cosas no fueran importantes, había un espectro de eficacia, y también había una amplia gama de diferentes grados de éxito. Pero lo que el Green New Deal ofrece es una forma de que cualquiera pueda conectarse e involucrarse. Crea una demanda audaz a nuestros políticos: tienen que comprometerse con un cambio sistémico, no sólo con las diferentes partes del problema. Es ambicioso y lo es de forma intencional; es ambicioso porque su ADN permite que la gente continúe mejorándolo. Así que si estás trabajando para deshacerte de la contaminación en tu comunidad, puedes pensar qué forma debería tener un Green New Deal en tu comunidad. Mientras que con otros esfuerzos anteriores fue muy difícil conseguir un apoyo público masivo porque no siempre fue algo que pareciera resonar o estar ligado a las necesidades de cada estadounidense. Mientras que el Green New Deal ha llegado en un momento perfecto en el que también nos encontramos en medio de una crisis de legitimidad en Estados Unidos, nos estamos preguntando cuáles son las instituciones y sistemas que van a funcionar para todos. Un Green New Deal ofrece una plataforma a nivel nacional para lograr un cambio en un menú completo de soluciones.

¿Por qué crees que está funcionando ahora y no lo hizo antes? 

Es una combinación de varios factores. Tiene que ver con lo anterior. Históricamente, muchos ecologistas en los EE.UU. no dejaron claro quiénes eran los verdaderos culpables. Aunque un Green New Deal ofrece una gran plataforma de soluciones y un mensaje muy proactivo, también nombra claramente quiénes son los culpables de la crisis, los ejecutivos de compañías de combustibles fósiles y los políticos corruptos que trabajan juntos como un cuerpo de élite para sacar provecho de un planeta en llamas, a expensas de la gente trabajadora, las comunidades de color y, en este caso, los estadounidenses y la gente de todo el mundo, de muchas comunidades. La crisis climática se ceba en estas comunidades y tenemos que dejar muy claro al público quién es el culpable, porque si no se deja claro quién es el culpable, la gente rellenará el hueco por sí misma con lo que la cultura dominante suele decir y, sea cierto o no, en este caso, puede ser explotado por medios muy peligrosos. Volviendo a la pregunta, tenemos que: uno) somos capaces de nombrar a los culpables y dos) somos capaces de nombrar a quién va a liderar el cambio y esto permite a todo el mundo a ser parte de la conducción de ese cambio.

Hay otro par de factores que explican por qué no ha funcionado antes y ahora sí. Uno es que en Estados Unidos hemos estado en una situación muy particular en los últimos años. Hemos visto una variedad de crisis, incluyendo la crisis climática en general. Pero si se mira desde el huracán Katrina hasta las guerras sin fin en Irak, Afganistán, etcétera, la crisis financiera, los asesinatos policiales, los asesinatos sin culpable de negros por parte de la policía y la detención masiva y la deportación de inmigrantes, todas estas crisis que afectaron a los estadounidenses que quedaron sin resolver y nadie tuvo que rendir cuentas por ellas. Esto ha dado lugar a este momento en el que estamos, en el que existe un profundo deseo de una revisión completa de la forma en que estamos haciendo las cosas. Así que el momento era el adecuado para un mensaje radical y ambicioso que genere un camino para que la gente sepa cómo vamos a pasar de donde estamos hoy a un futuro más habitable. El segundo factor también tiene que ver con estas crisis, y con el hecho de que ha habido una falta de liderazgo real en nuestro sistema político, se ha visto un renacimiento de los movimientos sociales en Estados Unidos en la última década, desde el movimiento contra la guerra hasta Occupy, pasando por el nuevo movimiento por la justicia climática y de Black Lives Matters a los Dreamers. Todos estos movimientos han estado construyendo poder y activando a millones de estadounidenses alrededor de la organización social, y realmente han confrontado y desafiado el sentido común de cómo estamos haciendo las cosas. Así que este momento ha sido perfecto, han sido esos dos factores juntos y el hecho de que, a diferencia de lo que ocurrió en el pasado, en los últimos años de esfuerzos climáticos, el Green New Deal fue organizado, impulsado desde abajo, por el movimiento Sunrise, que ha sido uno de esos movimientos que tuvieron la estrategia de enfocarse en «¿cómo construir el apoyo público?» ¿Cómo creamos apoyo público? ¿Cómo conseguimos que las masas formen parte de este movimiento? Y cómo podemos hablar directamente con ellos como nuestro objetivo y hacer que los que están siendo atacados sean los mismos que toman las decisiones que realmente tienen la influencia para hacer lo que hay que hacer. La última parte del éxito del Green New Deal es cómo ha utilizado la táctica del movimiento Sunrise de entrar en la oficina de Nancy Pelosi después de una serie de elecciones híperpolarizadoras y decisivas con Alexandria Ocasio Cortez, una nueva líder de los progresistas. Una nueva figura progresista que ocupa el centro del escenario y ofrece un lugar al que la cámara puede enfocar, y es capaz de contar una historia: que esta es la nueva América que se está levantando, que va a construir un país que sea justo para todos nosotros por primera vez. Ese mensaje, conectado con la profundización de las crisis, especialmente la climática, y con el creciente activismo político entre los estadounidenses, ha conducido a la tormenta perfecta que era el Green New Deal irrumpiendo en la escena y tomando el control del discurso público.

¿Crees que el Green New Deal está tratando de movilizar a un grupo social que ya existe, con sus necesidades y ambiciones, y que puede tratar de crear un mensaje ante el que ellos digan: «esto es lo que yo quería y a lo mejor no lo sabía antes, pero esto es lo que yo quería». ¿O piensas que al poner el mensaje ahí afuera estás creando un nuevo grupo de personas que se están organizando alrededor de este mensaje? ¿Uno de los dos tiene prioridad sobre el otro?

Creo que las dos cosas forman parte de una misma estrategia. Hay un espectro de apoyo y lo que ya sabemos es que la inmensa mayoría del público estadounidense apoya una acción significativa sobre el cambio climático. Sabemos que para muchas de las soluciones políticas radicales contamos con el respaldo del público, pero muchos de esos millones de personas son pasivas en su apoyo y hay muchas otras que son más neutrales o simplemente no han escuchado un mensaje lo bastante potente, que resuene y que realmente hable de aquello a lo que están enfrentando en sus propias vidas y comunidades. También está la base de nuestro movimiento, que a menudo ha estado fracturado en muchas facciones distintas, centrándose en muchos esfuerzos diferentes. Hay muchos roles diferentes para diferentes organizaciones y grupos. No todo lo van a hacer los únicos que luchan por un Green New Deal, pero creo que lo que es realmente crítico es que con un Green New Deal tenemos la capacidad de ampliar y aumentar la participación de nuestros partidarios activos y llevarlos al liderazgo de nuestro movimiento en todo el país. Avanzar en un Green New Deal y avanzar en un objetivo muy ambicioso pero muy directo y claro. En segundo lugar, también tenemos la capacidad, tanto con el mensaje de un Green New Deal como con la visión, pero también con partes de las políticas y soluciones que están dentro de él, de construir y atraer a más indecisos hacia el apoyo pasivo, a más partidarios pasivos hacia los partidarios activos. Con eso podemos hablar de cómo podemos tener un Green New Deal para la agricultura y la América rural que proporcione medios de vida prósperos y comunidades saludables para los agricultores y los trabajadores agrícolas. O bien, ¿cómo podemos lograr un Green New Deal para las comunidades costeras en el que seamos capaces de desmantelar la contaminación tóxica que está destruyendo nuestros ecosistemas marinos y, además, construir la resiliencia y la protección de las comunidades que van a estar a la vanguardia de los desastres? ¿Cómo podemos tener un Green New Deal que funcione como una política industrial que realmente tenga economías localizadas de manufactura limpia y que refuerce la forma en que somos capaces de mantener y crear buenos empleos sindicados de alta calidad en comunidades que han sido abandonadas por las empresas, que iban a dondequiera que pudieran explotarnos lo más posible? El Green New Deal puede hablar de todos estos temas y permite construir su base de apoyo sobre muchos de aquellos que no se han visto a sí mismos como parte del movimiento en el pasado. Creo que ya lo estamos viendo. En Estados Unidos, antes de que apareciera el Green New Deal, el cambio climático era entre los votantes e incluso entre los votantes del Partido Demócrata una especie de asunto menor, de segundo orden. No era una prioridad en absoluto. Ahora, es una de las principales prioridades para los votantes, y entre los votantes demócratas que opinan sobre las elecciones de 2020, está sistemática considerado como la principal preocupación. Más del 80 por ciento de los votantes demócratas quieren elegir y apoyar a candidatos que promuevan un conjunto ambicioso y equitativo de políticas climáticas. La gente está realmente hambrienta por un Green New Deal y ahora, a medida que estamos viendo el daño a nuestro clima dar lugar a más y más consecuencias sobre nuestra gente, se ha convertido en una prioridad absoluta. Creo que ya estamos viendo cómo estamos movilizando a la gente de este espectro de apoyo con nuestro mensaje y nuestra organización para que se vuelvan más y más activos y asuman más liderazgo en nuestro movimiento.

En relación con esto, mencionaste que para ti parte del Green New Deal era poder identificar al enemigo. Dijiste que eran esencialmente los multimillonarios de la industria fósil. En realidad, si sólo fueran esos tipos los que causaran el problema, sólo serían unas cien personas y no habría conflicto social. Así que, aparte de ellos, ¿se identifica a más personas que puedan unirse en torno a ellos o resistirse a algo que suene a Green New Deal? ¿Tenéis estrategias para amoldar vuestro mensaje a ellos? Es decir, ¿cómo tratas con esa gente y a otra gente por el estilo?

Eso es algo a lo que le estamos dando muchas vueltas ahora mismo. Hemos hablado de cómo en los últimos meses el Green New Deal entró en la conversación política y se volvió ampliamente popular. Tenemos supermayorías en todos los sectores demográficos. Los estadounidenses desean apoyar un Green New Deal, especialmente si saben en qué consistiría. Y hemos visto cómo la derecha, financiada por los multimillonarios de los combustibles fósiles, se lanzaba en una embestida total contra el proyecto. Tenían el dinero para difundir sus mentiras sobre cómo se iban a hacer cosas que no tenían nada que ver con la idea que estamos proponiendo, y también para avivar el miedo entre el público e intentar buscar a los falsos culpables. Esto, por supuesto, puede ser un desafío, y ha habido consecuencias de ese ataque, pero todavía tenemos una gran mayoría de estadounidenses que están a favor de nuestra visión. En realidad, creo que este es el momento en que tenemos que duplicar los esfuerzos por un Green New Deal y no retroceder, y eso se debe en parte a que ahora tienen que luchar en nuestro terreno. Les hemos obligado a posicionarse claramente en contra del Green New Deal. Ahora somos capaces de fijar los términos de la conversación y es una buena señal cuando tienes a tu oposición política aumentando la intensidad de su respuesta y movilizándose de tal manera en tu contra. Es cuando sabes que estás ganando. Ahí es cuando sabes que estás empezando a ganar la disputa del sentido común. Si nos retiramos de un Green New Deal, tendremos que encontrar nuevos mensajes o hablar sobre las soluciones y las crisis que enfrentamos con un lenguaje que no necesariamente conecta con la gente, que no es cercano. Acabas en la situación inversa, en la que tienes que luchar en su territorio, tienes que decir que no a sus falsas soluciones. Es mucho menos efectivo decir no a sus falsas soluciones, a las demandas de los multimillonarios de los combustibles fósiles que decir: «No, tú tienes que decir que no, son nuestras soluciones, nuestra plataforma». Más allá de eso, hay muchos estadounidenses que se han sentido abandonados o descuidados por los movimientos sociales del pasado y para quienes la economía de los combustibles fósiles ha sido una parte intrínseca de su vida, su sustento y sus comunidades. Especialmente en algunas áreas donde la comunidad depende de la industria de los combustibles fósiles, creo que ahí es donde tenemos que decir claramente cómo un Green New Deal va a apoyar una transición justa para que todos los trabajadores y las comunidades se muevan hacia una economía más saludable y próspera que no deje a nadie atrás.

Esto recuerda a cuando el socialismo era popular, en el sentido de que nunca fue algo totalmente detallado. ¿Qué es una sociedad socialista? Gente en muchas situaciones identificaba sus aspiraciones con esa causa. Era una idea vaga pero ambiciosa. Fue capaz de identificar a un enemigo y movilizar a mucha gente. Por supuesto, esto no está exento de problemas, que se han visto perfectamente bien en la historia. Pero parece que no se puede crear un movimiento de masas escribiendo una programa enormemente aburrido y detallado. Cuando decías que esos eran los tres aspectos del Green New Deal que considerabas fundamentales, la forma en que las explicas hace que parezcan algo que puede tener un apoyo masivo, porque en cierto modo podría parecer que se está modernizando una economía capitalista. Ninguno de estos fundamentos debería asustar a las personas más ricas, solo estáis diciendo: «Vamos a contaminar menos, vamos a crear buenos empleos, etc». Sin embargo, si sólo hacemos eso, no estamos abordando completamente la amenaza climática. Así que, ¿os preocupa o no que se puedan aplicar realmente estas reformas, pero que de todos modos podríamos seguir sin resolver el problema?

El Green New Deal es grande a propósito. Se dejó a un nivel muy alto y abierto porque necesitamos que esta plataforma y esta agenda de gobernanza sean elaboradas por y para la gente, por gente de todas las comunidades diferentes. Acordamos ser específicos en tres objetivos. En realidad, la resolución del Green New Deal que ahora ha sido presentada por Alexandria Ocasio Cortez y Ed Markey a los miembros de la Cámara de Representantes y del Senado, y que cuenta con más de cien miembros del Congreso como copatrocinadores, establece 15 metas específicas de un Green New Deal. Por supuesto, debemos y podemos ser mucho más detallados. Pero este Green New Deal ofrece una agenda, un marco y una visión, que es algo que puede ser aplicado y moldeado de muchas formas diferentes. Las tres áreas principales en las que me gusta pensar, y que son nombradas muy específicamente, son que el Green New Deal está tratando de reducir de forma ambiciosa la contaminación, está tratando de crear millones de buenos empleos sindicados y está tratando de transformar la economía en una que funcione para todos los estadounidenses y, por último, de abordar directamente la crisis de desigualdad basada en el racismo y la desigualdad económica en nuestro país. Y esos son tres objetivos críticos que deben cumplirse para que cualquier solución sea considerada parte de un Green New Deal, debe abordar esas tres áreas. Y creo que hay una cosa que me gustaría decir, creo que es justo exigir siempre «bueno, queremos el plan completo», pero eso vendrá y eso se va a construir sobre la base de todas las diferentes políticas del Green New Deal a nivel local, estatal e internacional mientras nos preparamos para tomar el poder a nivel nacional en los Estados Unidos. Donde más a menudo oigo la crítica es por supuesto en Twitter, pero también de gente que viene del mundo de la política y no necesariamente entiende que no podemos construir poder y conseguir el cambio que queremos simplemente vendiéndolo a todo el mundo y haciéndole saber a todo el mundo que tenemos cada detalle resuelto. Lo siento. No funciona así. Lo que tenemos que vender es la visión. Tenemos que vender el resultado, a dónde vamos. Tenemos que construir poder y apoyo en torno a los objetivos finales y, en muchos casos, en torno a algunos de los medios creativos y ambiciosos con los que vamos a conseguirlo. Necesitamos crear el espacio y organizarnos para que millones de estadounidenses puedan dar su opinión sobre cuáles serán estas políticas y soluciones. Ahora mismo, y cuando el Green New Deal se concibió, es el momento de exponer nuestra visión, a dónde tenemos que ir. Hemos intentado en el pasado vender todos los detalles, algo así como: «escuchad, ¿queréis apoyar este mecanismo de financiación realmente complejo para que reduzcamos la contaminación de este lugar? ¿Queréis reducir el poder de las empresas en esta área y luego obtener parte de ese dinero para crear algunos puestos de trabajo en este pueblo?» Así no es como se consigue el apoyo masivo de la sociedad, esos son los pasos que vienen después de transmitir la visión amplia.

Esta es una de las críticas que se hace habitualmente al Green New Deal: no está muy claro qué medidas se van a tomar. Y, como has dicho, estas medidas pueden ser diferentes según la necesidad de cada población. ¿Crees que esto ha sido un problema en la campaña hasta ahora? ¿Cuáles han sido algunos otros problemas que has encontrado a lo largo del camino?

Bueno, todo esto es en parte una apuesta. Volviendo a la otra pregunta y luego entrando en esto, con el Green New Deal queríamos hablar en términos bien articulados y de frente sobre los valores que vamos a estar asumiendo y que van a impulsar el cambio y cómo se materializa esta visión. La ocupación del despacho de Nancy Pelosi provocó agitación y dio publicidad al Green New Deal, y los valores, el mensaje y la visión que se percibió en todo el país sobre el Green New Deal creó el espacio político para que instituciones, políticos, candidatos, organizaciones, comunidades tuvieran el apoyo y el impulso para poner en marcha sus planes muy detallados sobre cómo llevarlo a cabo. Después de unos cuantos años en el movimiento climático, no ha habido un momento en el que, como ahora, casi todos los candidatos presidenciales estuvieran presentando planes detallados sobre cómo su plan de Green New Deal afectaría a todos y cada uno de los sectores de la economía. Esto es lo que queremos decir con que «iba a ocurrir». Los detalles ya vendrán, gracias a que antes hemos creado el espacio político para que la gente pueda debatir y luchar por lo que esto va a ser. La pregunta ha pasado de si íbamos a actuar sobre el clima o no, o si el cambio climático es real o no, a «¿qué tipo de Green New Deal vas a apoyar e impulsar? ¿Cómo vas a luchar contra la crisis climática?» Eso ya ha cambiado. Ahora es cuando hay que definir los detalles.

Volviendo a tu pregunta, siempre existe el peligro de que las demandas de nuestro movimiento puedan ser cooptadas para satisfacer los objetivos de las empresas, o por actores y políticos malintencionados que en realidad no quieren servir a las necesidades de la gente y realmente quieren usar este impulso político para su propia agenda y beneficio. La consecuencia de ello sería el no ser capaces de hacer lo necesario para frenar las crisis a las que nos enfrentamos, y eso es realmente culpa nuestra. Ahora que hemos creado este espacio político no solo tenemos que defenderlo, sino que es nuestro papel y el de muchos otros en nuestro movimiento impulsar el Green New Deal como un punto de apoyo para lo que realmente necesitamos en nuestra sociedad y en nuestro mundo. Por supuesto, existe la amenaza de que el Green New Deal y sus políticas puedan ser lanzadas o explotadas o redirigidas hacia un simple capitalismo pintado de verde. Nos corresponde a nosotros asegurarnos de que el Green New Deal está dirigido específicamente a eliminar a los culpables de la crisis y no solo a los multimillonarios específicos de los combustibles fósiles, sino también al sistema económico y político, así como a los sistemas sociales que han creado esta crisis en primer lugar. Por eso creemos que el Green New Deal es tan importante. No se puede abordar la crisis climática por sí sola, tenemos que enfrentarnos al sistema capitalista. Es el que ha hecho que la extracción por cualquier medio y a cualquier precio y el beneficio de unos pocos, y de cada vez menos sea más importante que la salud y la seguridad de todos los que viven en este planeta. Necesitamos un Green New Deal que también aborde el que crisis climática surge de un sistema que fue diseñado para crear una jerarquía de poder, para crear una jerarquía sobre quién recibe los beneficios y que también ha establecido una jerarquía del valor humano. Esa jerarquía de valor humano incluye la esclavitud de la población negra, la exterminación de los pueblos indígenas y la formación de una subclase de trabajadores que crean gran parte de la riqueza y el trabajo de los que depende la sociedad, pero que no reciben los beneficios. Ese sistema de extracción, de extinción, de explotación creó directamente el camino hacia donde estamos. En un momento en que la élite política y económica ha jodido tanto al planeta y a nuestra civilización humana que literalmente se está canibalizando a sí misma, no tiene sentido perseguir un Green New Deal que no conduzca a una economía, una democracia y un planeta que sirvan mejor a la mayoría y que restrinja y quite el poder y los privilegios que los pocos que nos trajeron aquí en primer lugar han mantenido durante demasiado tiempo.

Respecto a lo que decíamos antes, que esto ya se intentó, ¿cómo crees que han cambiado las circunstancias? Hace 20 años, con Al Gore, la crisis ecológica estaba ahí ya, pero era otra época, era antes de la crisis financiera de 2008, y no había ningún movimiento que la respaldara, ni siquiera los grupos medioambientales, como el Sierra Club, se dedicaban mucho a esto, era un mensaje casi mesiánico de un solo tío. ¿Crees que el hecho de que Trump fuera elegido presidente es parte de lo que ha hecho esto posible? Si hubiera un presidente demócrata, Hillary Clinton u otra persona, la gente habría sentido que se les puede pedir cosas porque, ya sabes, son los buenos o los menos malos?

Sobre si este empuje tiene que ver con Trump, y con el hecho de que tenemos a Trump y fascistas en el poder y que la industria de los combustibles fósiles está influyendo en las agencias reguladoras, en comparación a digamos una continuación de cómo los liberales dirigían el gobierno federal, creo que en cualquier caso era el momento del Green New Deal. El movimiento social, Sunrise y muchos de los esfuerzos de los que fui parte para tratar de crear una plataforma ambiciosa e igualitaria que luego se convirtió en el Green New Deal, todo eso comenzó antes de la elección de Trump. En parte porque, sí, sean o no demócratas y republicanos, los políticos no estaban haciendo lo necesario, a todos los niveles, a la escala que la ciencia y la justicia exigen, para detener la crisis del clima y de igualdad y democracia. Nadie nos iba a salvar y creo que parte del problema del ecologismo dominante en los últimos años había sido esta dependencia de pedir o mendigar a los políticos liberales y progresistas, que hicieran el mínimo o que hicieran cambios incrementales y apostar a que solo porque tenían buenas intenciones o porque ellos, los ecologistas, estaban allí, los políticos harían lo que era necesario. Eso resultó ser un fracaso. Quiero decir, sí, hubo progreso en la administración de Obama. Sí, algunas cosas fueron importantes, se lograron nuevos puntos de apoyo. Pero también tuvimos que luchar con uñas y dientes para que la administración rechazara el oleoducto Keystone XL. La administración comenzó con un mal proyecto de ley de cap&trade en el que la comunidad ambiental gastó millones y millones de dólares, en un esfuerzo que nunca fue a ninguna parte. Mientras, las cosas empeoraron, perdimos mucho tiempo y nuestra oposición se hizo más fuerte, creció su capacidad de marcar el discurso y para mantener nuestra dependencia de un sistema explotador. Así que el Green New Deal iba a llegar porque, independientemente de quién estuviera en el poder, necesitábamos una intervención audaz y provocadora para producir un cambio en nuestra política. Eso es lo que el Green New Deal y lo que los jóvenes que han estado liderando el movimiento en los Estados Unidos han sido capaces de lograr. Creo que el impacto de la elección de Trump fue obviamente la urgencia. La urgencia aumentó por el hecho de que incluso todas esas ganancias incrementales estaban siendo eliminadas por Trump y el partido republicano. Y la segunda razón por la que creo esto (no todo el mundo está de acuerdo en este punto), es que hubo una demostración clave después de 2016 de que el establishment nunca iba a hacer lo que se necesitaría para, al menos, protegernos e, idealmente, tomar medidas contundentes. Así que creo que muchos de los estadounidenses que ahora forman parte de este movimiento se dieron cuenta de que los que decían «tenemos que esperar el mejor momento o haremos las cosas despacio» eran los que tampoco lograron impedir que llegar al poder la gente que hará lo que sea para destruir el planeta en su propio beneficio.

¿Cuál crees que es el escenario en este momento en los EE.UU., siendo este el año anterior a las elecciones? ¿Cuáles crees que son algunos de los posibles resultados de las elecciones y algunos de los escenarios más probables? ¿Crees que va a haber grandes obstáculos? Si los demócratas ganan la Casa Blanca y el Congreso, ¿es posible que todo quede bloqueado en el Senado, o en la Corte Suprema?

A partir de 2020 tenemos que movernos muy rápido. Los próximos 10 años tienen que ser la década del Green New Deal. Deben ser años en que aprobemos el conjunto de prescripciones políticas del Green New Deal a nivel nacional y en cada uno de los demás niveles de gobierno. Tenemos que seguir acelerando. Va a ser un proceso que tiene que ser cada vez más ambicioso para hacer frente a la magnitud de las crisis a las que nos enfrentamos. Especialmente cuando se pongan peor. Necesitaremos un movimiento que sea lo bastante fuerte como para enfrentarse a los que se benefician del caos climático, ya se trate del Senado Republicano o de jueces de la Corte Suprema (que para empezar no deberían estar allí) o de los fascistas y nacionalistas blancos que intentan amenazar e imponer la violencia a los estadounidenses. Creo que hay diferentes escenarios por delante. Este que planteo es uno de ellos. No creo a nadie que diga que esto es lo más probable. Hay muchos escenarios diferentes que pueden ocurrir. Y lo que tenemos que tener muy claro es dónde tenemos que estar. Es decir, después de las próximas elecciones, tenemos que exigir firmemente que cada día sea otro salto adelante hacia nuestra visión de un Green New Deal. Las cosas ya se han puesto en marcha, debido a la organización que se ha hecho desde una variedad de movimientos. Con la aparición de una mayoría progresista entre el público estadounidense, estamos viendo que los candidatos que quieren reemplazar a Trump tienen que presentar planes cada vez más detallados y ambiciosos sobre cómo llegar a un Green New Deal. Así que tendremos que exigir a quienquiera que gane que cumpla nuestro estándar de lo que debe ser un Green New Deal. Tendremos que asegurarnos de que se conviertan en su prioridad número uno cuando estén en el cargo. También tendremos que seguir ampliando el grupo de los partidarios del Green New Deal populista de la izquierda progresista y de los defensores del clima en todos los niveles de gobierno. Así que ahora mismo, por supuesto, tenemos líderes como Alexandria Ocasio Cortez, pero no puede hacerlo todo ella sola. No está sola ahora mismo, por supuesto, pero necesitamos un cuadro completo. Necesitamos algo más que un escuadrón. Necesitamos un ejército de partidarios del Green New Deal en el Congreso, en los estados y a nivel local. Y esas facciones de la gente, en conexión con los movimientos y en coordinación con los que luchan en las calles y organizan nuestras comunidades deben mantener, defender y avanzar a cada oportunidad nuestras ideas. Cuando digo que esta debe ser la década del Green New Deal es porque hay una falsa expectativa que algunos tienen de que el Green New Deal va a ser una sola Ley y ya está. No lo será y no debería serlo. Debe ser una lluvia constante de políticas tras políticas tras políticas, con cambio tras cambio tras cambio. Solución tras solución. Esto se debe a que las crisis a las que nos enfrentamos van a cambiar y la escala de lo que tenemos que hacer tendrá que ser cada vez mayor. Lo que estamos viendo ahora mismo es que también tenemos un número creciente de progresistas que se postulan para cargos públicos, muchos de ellos mujeres de color, candidatos de la clase obrera, inmigrantes y jóvenes. También quiero agradecer especialmente a las personas queer y trans que han estado en la vanguardia de este movimiento. Estas son las personas que se postulan y ejercen el poder del movimiento en las elecciones y en el proceso político, y eso debe continuar. Independientemente de lo que ocurra a nivel presidencial, hay mucha gente que está enfrentándose a políticos del establishment. Se están enfrentando a ellos y es increíble ver lo que el Green New Deal ya ha conseguido. Esto tiene que ser solo el principio. Tenemos que luchar por la hegemonía en los Estados Unidos. En cada nivel gubernamental tenemos que tener un grupo afín de líderes políticos que estén dispuestos a hacer lo que sea necesario para hacer su trabajo en nombre de la gente que se está organizando en números que nunca hemos visto para el clima.

Respecto a predicciones específicas sobre esta elección, también estamos luchando por el impeachment de Donald Trump, y creo que ganaremos el juicio político y debemos tener una administración demócrata que, como mínimo, nos apoye. Idealmente debería estar a la vanguardia de la implementación de un Green New Deal que se tome en serio el cambio radical y sistémico. Va a ser una lucha muy dura. No sólo nos enfrentamos a Trump y a su régimen cuasifascista, sino que también tenemos un establishment demócrata al que también tenemos que presionar y a menudo apartar del camino para que la nueva generación de estadounidenses que están realmente dispuestos a usar su poder político y cumplan con su deber de servir al pueblo. En este caso eso significa hacer todo lo posible para conseguir un Green New Deal para todas las personas y para el bien de nuestro planeta.

Respecto a la dimensión internacional del Green New Deal. ¿Qué grandes cambios crees que se necesitan en lo que Estados Unidos hace en el mundo? ¿Puede pasar de ser un obstáculo a ser una fuerza líder? También, en relación a esto, ¿qué formas de cooperación internacional con otros países ves como posibles en el futuro y con la gente de nuestros movimientos en otros países? ¿Estáis explorando nuevas formas? ¿Ya estáis haciendo algo? ¿Qué formas específicas crees que podríamos hacer para cooperar de manera material?

Bueno, lo estamos explorando y lo estamos haciendo ahora mismo, ¿no? Quiero decir que va a ser necesario construir relaciones más profundas y compartir lecciones y estrategias de análisis político y colaborar en planes a través de las fronteras y en todo el mundo para hacer realmente lo que se necesita hacer por el bien de todos los seres vivos de este planeta. Creo que uno de los puntos clave es que la misma élite corrupta de Estados Unidos que está jodiendo a la mayoría de los estadounidenses, y que nos ha puesto en una situación en la que nos enfrentamos a la perdición ecológica, es la misma élite corrupta que ha posicionado a Estados Unidos como el principal contribuyente a la crisis climática. También son ellos los que han llevado a la política exterior de Estados Unidos a no reconocer el hecho de que muchos países, especialmente los del Sur global, han contribuido menos y tienen más en juego y son los más vulnerables a la crisis climática. Y luego, además, esa política exterior ha servido para beneficiar a las megaempresas y su interés es seguir saqueando los recursos de las comunidades de todo el mundo. Un claro ejemplo de esto es cómo la política comercial de Estados Unidos ha consistido en trasladar los puestos de trabajo y las industrias estadounidenses al extranjero en las últimas décadas, a países en los que pueden explotar a los trabajadores en mayor medida, envenenar a las comunidades con menos restricciones o verter allí las toxinas. Todo esto mientras venden sus productos a los estadounidenses, que ven cómo sus propias redes de seguridad social se marchitan. Este ciclo es insostenible. Y para que podamos hacer una intervención, lo que debe hacer internacionalmente un Green New Deal en los EE.UU. es establecer a los EE.UU. como uno de los principales contribuyentes a la transformación económica en todo el mundo. Esto no debería significar que las empresas estadounidenses o que los estadounidenses se beneficien por sí solos de la nueva jerarquía y se beneficien de las necesidades urgentes a las que se enfrenta el resto del mundo. Lo que eso significa es que realmente tenemos que compartir nuestra tecnología, compartir las estrategias y compartir la riqueza que se cree en la nueva economía basada en energías renovables. Esto quiere decir que necesitamos apoyar financiera y políticamente a todos aquellos que luchan por sus propios Green New Deals en países de todo el mundo, luchando por la dignidad, el respeto y la democracia en otros países. Y hacerlo de una forma que realmente vaya de abajo hacia arriba y que respete la forma en que las diferentes comunidades van a afrontar sus problemas. Mucho de lo que trata el Green New Deal se ejemplifica en cómo en los Estados Unidos se sabe que estamos tratando de crear economías más localizadas, fortalecer las comunidades y los servicios públicos. Esto también debe aplicarse a escala internacional. No podemos ser nosotros, como estadounidenses, los que ahora vamos a imponer nuestro Green New Deal a todos los demás. Deberíamos ser aliados y partidarios de todos ustedes como naciones del mundo y como movimientos. Nosotros, como movimiento estadounidense, queremos apoyar a los aliados de nuestro movimiento en otros países, que luchan por sus propias soluciones locales y por la propiedad de la tierra de sus propias soluciones. Por eso digo que hay mucho en el Green New Deal.

En relación a esto, y este es un interesante ejemplo histórico que acabo de aprender en la gira de la Guerra Civil [un paseo guiado por lugares de la Guerra Civil española], la Internacional Comunista a principios de los años treinta se implicó en este frente popular que se creó en ese momento. Una alianza que incluyó no solo a los comunistas, sino también a los socialistas, anarquistas e incluso liberales. Puede que no todos estemos de acuerdo en hacia dónde queremos dirigir el próximo sistema, pero todos sabemos que necesitamos un nuevo sistema y teníamos que enfrentarnos a la amenaza urgente de esa época que era el creciente fascismo. También estamos viendo el resurgir del fascismo hoy en día y no es una coincidencia que esté sucediendo al mismo tiempo que crece el caos climático. Deberíamos estar explorando estas vías, y sé que ha habido llamadas a esto, llamadas a un Green New Deal internacional. Pero también, para apoyar un Green New Deal internacional, necesitamos un nuevo frente popular de fuerzas a través de las fronteras y de las naciones, un frente de movimientos. No tienen que estar completamente alineados, pero en algún momento estarán alineados para que podamos hacer lo que sea necesario para evitar que los fascistas ganen poder en el vacío existente. Para hacer avanzar nuestras políticas y planes audaces y necesarios, necesitábamos esfuerzos a todos los niveles nacionales y a nivel mundial para mantener el planeta por debajo de 1.5 grados y tener un futuro estable y habitable para todos los pueblos. Necesitamos un nuevo frente popular para hacer eso. Estoy realmente interesado en que continuemos construyendo nuestras relaciones y nuestra solidaridad, y alcanzando compromisos entre nosotros, a través de los océanos y a través de las fronteras, porque eso es lo que va a hacer falta. No va a ser «sí, necesitamos el Green New Deal en los Estados Unidos». Esa será una gran victoria en esta lucha, pero necesitamos ganar en muchos, muchos lugares diferentes del mundo muy rápidamente. También tenemos que enfrentarnos a esta amenaza compartida de la crisis climática, la crisis de desigualdad y el creciente autoritarismo, que conducen a su propia visión para el próximo sistema, al que todos tenemos interés en oponernos. Ojalá esto sea el comienzo de un nuevo movimiento de solidaridad en todo el mundo.

Un posible escenario: hay un gran cambio político en Estados Unidos y otros países. Empezamos a aplicar el Green New Deal en varios lugares, mientras que otros países podrían no estar necesariamente de acuerdo con estos planes. Hay tensión con otros países que podrían resistirse a esto, como Rusia, como ahora Brasil. Países donde el fascismo podría estar creciendo.  El Green New Deal podría ser usado como un instrumento en un nuevo imperialismo verde. Algo así como decir: «No quieren hacer esto; si no lo hacen, todos vamos a morir. Debemos invadir Brasil». Así que se usaría el Green New Deal como excusa para el militarismo y el imperialismo. ¿Crees que este es un escenario posible?

Sí, obviamente, hay una posible amenaza en este sentido, y con Brasil ya lo había pensado antes. Esta es exactamente la razón por la que nuestros movimientos, en América y en Brasil, necesitan estar en estrecha cooperación y colaboración. Ese va a ser el punto clave para alcanzar una comprensión de la situación real de la gente en el terreno. Necesitamos, primero, información, y luego continuar colaborando de diversas maneras. Cuando se trata del ejemplo de Brasil, me preguntaba cómo podemos asegurarnos de que los Estados Unidos no sean cómplices, al menos en este caso, de un régimen fascista que está contribuyendo a la crisis climática y al genocidio de los pueblos indígenas. Así que obviamente, debemos retirar nuestro apoyo, y esto también podría hacerse a través de la restricción del comercio de las mega-empresas americanas, que son algunos de los principales consumidores de lo que vende la élite aristocrática de terratenientes brasileños que están impulsando la deforestación de la Amazonía. Creo que esto se puede hacer de una manera que no sea imperialista. Hay maneras de hacerlo de una manera imperialista, como sancionar a Brasil e imponer sanciones a todos los brasileños o entrar y literalmente invadir el país.  O, por el contrario, podemos, y tenemos que hacerlo de forma que sea internacionalista y que abarque la solidaridad mundial. Va a ser difícil: habrá momentos en los que tendremos que averiguar qué hacer, especialmente a medida que las apuestas suban. Especialmente para mí, como estadounidense: desde mi punto de vista tenemos que averiguar cómo aprovechar el poder y posición de EEUU de una manera que sea cooperativa, a la vez que satisface la urgencia de lo que se necesita. Al mismo tiempo, tenemos que romper nuestra tradición imperialista, una tradición de imponer nuestra voluntad, a menudo improductiva, al resto del mundo.

La imagen  de cabecera es de James McInvale, un ilustrador de Georgia, Estados Unidos.