[NdE: Presentamos a continuación la traducción de un artículo de 2014 del blog británico Out of the Woods escrito tras la publicación del Quinto Informe del IPCC]

El IPCC – Contexto e historia

El Panel Intergubernamental de Cambio Climático o IPCC es una colaboración científica internacional -la más grande de su tipo- establecida bajo los auspicios de Naciones Unidas. Fue fundado en 1988 por la Organización Meteorológica Mundial y el Programa Medioambiental de Naciones Unidas, y apoyada más tarde a través de la asamblea general de Naciones Unidas. El IPCC sirve para revisar y sintetizar sistemáticamente el estado actual del conocimiento en lo referente al cambio climático, de forma que representa la mejor referencia del consenso científico. El trabajo para el IPCC se realiza de forma voluntaria, pero conlleva un gran prestigio en la comunidad científica.

Este consenso se ha fortalecido de forma constante, a medida que la evidencia científica se ha acumulado -y, por supuesto, a medida que el clima se calienta, confirmando y permitiendo refinar los modelos climáticos. El primer informe del IPCC (FAR; 1990) decía que los gases de efecto invernadero eran “capaces de” calentar el clima. En 1995, el segundo informe (SAR) elevaba esta apreciación a una “influencia discernible”. Para el tercer informe (2001), esto era “probablemente debido a actividades humanas”. En el cuarto informe (AR4, debido a un cambio en la nomenclatura), se precisaba que esta influencia humana era “muy probable”. Por último, la última parte del AR5, publicada el año pasado (2013) volvía a aumentar esta probabilidad, que se consideraba “extremadamente probable”.

El IPCC está formado por tres grupos de trabajo, cada uno de los cuales produce un informe, los cuales se combina en un informe de síntesis. El grupo de trabajo I se encarga de las bases físicas, el grupo de trabajo II aborda los impactos y adaptación, y el grupo de trabajo III se centra en la mitigación (cómo evitar el cambio climático). Una vez que los tres informes están publicados, se lleva a cabo un Informe de Síntesis. El informe que salió el pasado lunes era el del grupo II, el más relacionado con la economía, y por tanto el más abierto a la crítica social (ya hablamos de esto en “Let them eath growth1. Antes de discutir el informe del grupo de trabajo II del AR5, señalaremos brevemente dos críticas bien establecidas al IPCC.

En primer lugar, al ser un cuerpo basado en el consenso, el IPCC es intrínsecamente conservador. Cada línea del “Resumen para políticos” (SPM) de cada nuevo informe tiene que ser aprobada por los representantes de todos los países participantes (más de 120, en general). Esto sirve para evitar controversia, pero también elimina visiones discordantes y, debido a los plazos de envío de artículos y al largo proceso de revisión de estos, excluye las investigaciones más recientes. Dado que estas últimas publicaciones suelen ser peores noticias que las anteriores, el consenso tiende a ser conservador, y lleva algo de retraso frente a las investigaciones más punteras (Algunos ven esto como una ventaja, ya que solo se incluyen investigaciones contrastadas, lo que da tiempo a que los resultados espúreos sean cribados y algunas conclusiones dudosas sean debidamente criticadas). Por ejemplo, el IPCC ha tendido siempre a subestimar la pérdida de hielo marino, de forma que los datos observados [de extensión de hielo marino] son siempre menores que el límite inferior de las proyecciones.

En segundo lugar, el IPCC está constreñido por el mandato de ser “relevante para las políticas pero sin prescribir políticas”, En esencia, esto supone la obligación de ser apolítico, aunque la ciencia publicada muestra de forma irrebatible que seguir como hasta ahora es incompatible con los objetivos declarados de cambio climático (por ejemplo, limitar el calentamiento a 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales). El conservadurismo inherente al IPCC está de esta forma mediado/amplificado por una diplomática discreción. Normalmente han sorteado estos condicionantes mediante la creación de escenarios [diferentes proyecciones futuras, condicionadas por la concentración de gases de efecto invernadero que haya en la atmósfera en un año dado, normalmente a mediados del siglo XXI], que muestran que las políticas actuales llevan al desastre, y que son necesarias alternativas, sin meterse a discutir en detalle cómo se llega a esos escenarios. Recientemente, esto ha implicado la creación de “caminos de concentración representativos” (RCPs), que son indiferentes a las políticas. David Pratt realiza una buena crítica del “presupuesto de carbono” en el que se basan los RCPs  aquí:

“Por desgracia, dado que mucha gente piensa que si tienes un presupuesto debes gastarte hasta el último dólar, el mensaje del “presupuesto de carbono” podría ser interpretado como que hay mucho presupuesto disponible para gastar.” 

En cualquier caso, estas críticas generales no deberían hacernos olvidar que los informes del IPCC son las obras más importantes de literatura sobre cambio climático, ya que sintetizan una inmensa cantidad de investigaciones publicadas.

El último informe

Tras leer el Resumen para políticos del último informe (el informe completo no estaba disponible todavía*), hay cinco cosas que destacan.

1) Una humildad refrescante. Pese a la habitual caricatura de los pronunciamientos científicos y económicos, el informe reconoce varios de los errores más comunes de la tecnocracia. Primero, hay un reconocimiento explícito de que:

“las prácticas y sistemas de conocimiento indígenas, locales y tradicionales, incluida la visión holística de la comunidad y el medio ambiente de los pueblos indígenas son un recurso fundamental para adaptarse al cambio climático”

En primer lugar, el SPM reconoce los límites de la valoración económica, “ya que muchos impactos, como la pérdida de vidas humanas, patrimonio cultural y servicios de ecosistema, son difíciles de evaluar y asignarles un valor”. Aunque el enmarcar los ecosistemas como “servicios” parte de la presunción de un determinado sistema económico, la frase anterior supone una precaución importante ante las cifras que se citan a continuación en el informe.

Se afirma también que el amplio rango de predicciones económicas se debe al amplio abanico de “factores de descuento”. Esto es importante, dado que los factores de descuento, que son utilizados por los economistas para valorar las relaciones futuras de coste/beneficio, a menudo dan lugar a un razonamiento circular: se usa un factor de descuento alto, lo que hace que los costes futuros parezcan pequeños, lo que lleva a que actuar como si no importara el futuro parezca racional2.

2) Las Cinco ‘Razones para la Preocupación’ (RFCs, de sus siglas en inglés). El Quinto Informe resume las malas noticias sobre los impactos del cambio climático en cinco puntos clave. Aunque la extrema brevedad está claramente dirigida al deseo de los políticos de tener resúmenes ejecutivos de resúmenes ejecutivos, la verdad es que estos puntos resumen una cantidad enorme y muy compleja de literatura. Las cinco RFCs son:

  1. sistemas únicos amenazados (en particular el hielo marino del Ártico y los arrecifes de coral).
  2. episodios de tiempo extremo (olas de calor, precipitación extrema e inundaciones en las zonas costeras).
  3. Distribución del impacto (en particular en lo referente a la producción agrícola y el desarrollo desigual).
  4. Efectos agregados de los impactos globales (impactos en la economía y en la biodiversidad de múltiples tendencias combinadas).
  5. Acontecimientos puntuales de gran escala (impactos específicos asociados al cruce irreversible de puntos de inflexión, como la pérdida de hielo continental y el aumento del nivel del mar subsiguiente).

Por estas aseveraciones, el IPCC ha sido acusado de “alarmismo”. Pero si esto es alarmante, es solo porque las consecuencias de seguir como hasta ahora son así de malas. Si acaso, las RFCs son enunciadas en términos secos y tecnocráticos, teniendo en cuento que describen guerras, hambrunas, sequía, migraciones masivas y el colapso de ecosistemas.

3) La interseccionalidad. El SPM apoya explícitamente una aproximación interseccional a los impactos y la vulnerabilidad. Siendo cínicos, este énfasis en considerar múltiples causas podría ser visto como una forma de evitar criticar al capitalismo (lo que iría contra el mandato apolítico del IPCC). Pero, en general, este enfoque debe ser bienvenido. El informe menciona dice:

” …procesos sociales que se entrecruzan y resultan en desigualdades de estatus socieconómico e ingresos, así como en exposición [al riesgo]. Estos procesos sociales incluyen, por ejemplo, discriminación debido a género, clase, raza, edad y (dis)capacidad.((Obviamente, el concepto de “clase” de la ONU no es marxista ni comunista libertario.))”

Se podría hacer una distinción entre interseccionalidad tecnocrática o dirigida a resolver problemas, que considera los procesos citados como inevitables, y una interseccionalidad crítica que enfatizara las luchas sociales que rodean su (re)producción((En otras palabras, reconocer que la desigualdad existe no es lo mismo que analizar las relaciones de poder que la (re)constituyen.)). Esto tiene implicaciones prácticas: la primera tiende a ver la solución como más “libertad, igualdad, propiedad y Bentham“, mientras que la segunda se fija más en cómo estas exclusiones y jerarquías se reproducen mutuamente bajo condiciones capitalistas((Para un ejemplo de interseccionalidad crítica, léase la argumentación de Jasbir Puar sobre cómo la inclusión limitada (el matrimonio entre personas del mismo sexo) para gays “homonacionalistas” ha significado simultáneamente la exclusión y patologización del “otro” musulmán en la Guerra contra el Terror. En un contexto específico de cambio climático, un buen ejemplo es Wrath of capital, de Adrian Parr, que insiste en la importancia de las relaciones de clase, sin excluir el análisis de género, raza y otros condicionantes sociales.)). Esto nos lleva a uno de los defectos del SPM:

4) La relación entre la reducción de la pobreza y el crecimiento económico. El SPM relaciona la reducción del crecimiento económico debido al cambio climático con las crecientes dificultades en la reducción de la pobreza. Esto se hace eco de la conocida pero completamente errónea idea del “trickle-down” y la curva de Kuznets. El reciente trabajo de Thomas Piketty sobre la desigualdad hace hincapié en que la tendencia es hacia un aumento de la polarización y la pauperización relativa, con breves inversiones a lo largo del siglo XX debido a factores excepcionales. De la página 15 de El capital en el siglo XXI:

“La aguda reducción de la desigualdad de ingresos que se observa en casi todos los países ricos entre 1914 y 1945 se debió sobre todo a las guerras mundiales y a los violentos cambios políticos y económicos que conllevaron, especialmente para gente con grandes fortunas. Tuvo muy poco que ver con el pacífico proceso de movilidad entre clases descrito por Kuznets((Piketty es un socialdemócrata al que le gusta enfatizar que Marx se equivocaba, pero ha reunido una gran cantidad de datos económicos muy útiles (que, además, sugieren lo contrario)))”

Además, el análisis de Beverly Silver del sector automovilístico ha demostrado que la mejora de las condiciones locales están fuertemente relacionadas con el nivel de lucha de clases. Dicho esto, el informe del IPCC incide en que el cambio climático afectará desproporcionadamente a los que ya viven en la pobreza y la marginalidad, por lo que el titular de que el cambio climático es malo para la reducción de la pobreza sigue siendo válido.

5) El énfasis en la resiliencia. Para terminar, el informe da una definición útil de resiliencia, un término que despierta cada vez más dudas. Es la siguiente:

“La capacidad de los sistemas sociales, económicos y medioambientales de enfrentarse a un acontecimiento, una tendencia o una perturbación peligrosa, y responder o reorganizarse de forma que se mantenga su función, identidad y estructura esenciales, pero sin perder la capacidad de adaptación, aprendizaje y transformación.”

El término viene de la ecología, pero está siendo recuperado e incorporado al lenguaje político. La definición dada muestra por qué: los estados enfatizan el aspecto conservador de “mantener su función esencial”, mientras que los ecologistas (y quizá los radicales) hacen hincapié en “la capacidad de adaptarse, aprender y transformarse”. Un crítico señala cómo el uso por parte de los estados de “resiliencia” se concreta en insistir continuamente en que nos conformemos y aguantemos calamidades, convirtiéndose básicamente en “aguantaos y seguid adelante”. Pero este significado recuperado no agota los significados del concepto, y la capacidad de transformación social bajo condiciones adversas es sin duda central al problema del cambio climático.

Mientras…

…el Secretario de Estado de los Estados Unidos ha avisado de que la inacción frente al cambio climático puede ser catastrófica, mientras los Estados Unidos siguen adelante con el proyecto del oleoducto Keystone XL (la construcción del proyecto Keystone XL fue finalmente detenida por la administración Obama debido a la presión activista. Tras la llegada de Donald Trump al poder, el proyecto se retomó)  para aumentar aún más la producción de combustibles fósiles no convencionales. Los gobernantes ven la catástrofe en el horizonte… y aceleran. Ninguna cantidad de consenso científico va a cambiar eso, solo el bloqueo del desarrollo basado en combustibles fósiles.

  1. Richard Tol, al que criticamos en “Que coman crecimiento“, pidió que se retirara su nombre del AR5 WGII, tras acusar al IPCC de alarmismo. En general, estamos asumiendo una posición de realismo crítico en este tema: el conocimiento científico es una creación social, pero se refiere a una realidad que es independiente del pensamiento humano. Las ciencias físicas ciertamente describen esta realidad y pueden por lo tanto reivindicar una cierta universalidad, mientras que la economía tiende a mezclar elementos específicos de la sociedad capitalista con hechos universales de la naturaleza. Esto no quiere decir que las ciencias físicas estén a salvo de la crítica social, sino que desde el punto de vista del realismo crítico, el objeto de las ciencias físicas es intransitivo (independiente de la construcción social), mientras que para la economía es transitivo, dado que este campo estudia relaciones sociales y formas sociales emergentes. []
  2. Esto no quiere decir que los factores de descuento no sean útiles: pueden ser utilizados para modelar comportamientos realistas para actores económicos. De hecho, las grandes corporaciones en particular operan pensando en el muy corto plazo, uno de los motivos que nos han llevado a esta situación. El problema aparece cuando hay un movimiento circular entre el dominio descriptivo y el normativo: cuando lo que ocurre se utiliza para determinar lo que debería ocurrir. []